Tener la lengua blanca es más común de lo que muchos creen, pero también puede ser una señal de que algo no anda bien en tu salud. Aunque a veces es temporal e inofensivo, en otras ocasiones puede indicar infecciones, deshidratación o problemas más serios. A continuación, te explicamos las principales causas de la lengua blanca para que sepas cuándo preocuparte.
Una de las causas más frecuentes es la acumulación de bacterias, células muertas y residuos en la superficie de la lengua. Esto ocurre cuando no se realiza una higiene bucal adecuada, especialmente si no se cepilla la lengua al lavarse los dientes. Este tipo de recubrimiento suele desaparecer con una buena limpieza oral diaria.
Otra razón común es la deshidratación. Cuando el cuerpo no recibe suficiente agua, la producción de saliva disminuye, lo que permite que las bacterias se acumulen más fácilmente en la lengua, provocando ese aspecto blanquecino. También está relacionado con la boca seca, que puede agravarse por el consumo excesivo de alcohol, tabaco o ciertos medicamentos.
Las infecciones por hongos, como la candidiasis oral, también provocan una lengua blanca. Esta afección es causada por un crecimiento excesivo del hongo Candida albicans y suele aparecer en personas con el sistema inmunológico debilitado, en bebés, adultos mayores, o en quienes usan dentaduras postizas o han tomado antibióticos por largo tiempo.
Enfermedades inflamatorias como la leucoplasia o el liquen plano oral pueden causar manchas blancas persistentes en la lengua. La leucoplasia, por ejemplo, es una afección que produce parches blancos y puede estar relacionada con el consumo de tabaco. Aunque muchas veces es benigna, en algunos casos puede evolucionar a una lesión precancerosa, por lo que se debe vigilar de cerca.
En algunos casos, una lengua blanca puede ser el reflejo de problemas digestivos, especialmente si va acompañada de mal aliento o sabor amargo. El recubrimiento puede ser una señal de toxinas acumuladas o de un desequilibrio en el sistema gastrointestinal, como una gastritis o un mal funcionamiento del hígado.
También es común que durante procesos febriles o infecciones respiratorias la lengua cambie de color temporalmente. El uso de ciertos medicamentos, como los antibióticos o los corticosteroides inhalados, puede alterar la flora oral y favorecer el blanqueamiento de la lengua.
Si bien una lengua blanca no siempre indica un problema grave, si el recubrimiento persiste por más de una semana, viene acompañado de dolor, ardor, dificultad para tragar o cambios en el gusto, es importante acudir al dentista o al médico. Un diagnóstico oportuno puede prevenir complicaciones y garantizar el tratamiento adecuado.
Mantener una buena higiene bucal, hidratarse correctamente y llevar una dieta equilibrada son claves para evitar esta condición. También es recomendable evitar el tabaco y el alcohol, ya que estos factores aumentan el riesgo de irritación y proliferación de bacterias en la boca.
En conclusión, la lengua blanca puede ser solo una señal pasajera o un reflejo de algo más profundo. Escuchar a tu cuerpo y prestar atención a los cambios visibles es una forma inteligente de cuidar tu salud desde adentro hacia afuera.