La pandemia no ha sido agradable para nadie, es más, es comprensible que los ánimos de muchas personas estén por el suelo o inclusive más alterados que antes, pero siempre hay que se razonables del daño que podemos causar cuando nos invade la ira, porque para una mujer de Florida, Estados Unidos, los límites incluso penales parecen no ser suficientes cuando se tratan de sus problemas, informa el Daily Mail.
Heather Sprague se encontraba un fin de semana comprando en una tienda de artículos para el hogar cuando un altercado la volvió víctima de una terrible agresión. Una mujer que estaba insultando a los empleados por una venta que no le querían devolver comenzó a arremeter con las distintas personas en el lugar, con clientes e incluso con Heather.
La mujer, identificada como Debra Hunter, no solo insultó a Heather quien defendió a los empleados, sino que además le tosió en la cara y cuando ésta le dijo que tenía cáncer, le volvió a toser.
Heather salió atemorizada de la tienda una vez que la policía llegó al lugar y arrestó a Debra Hunter. Volvió a casa y le explicó a su familia que no podía estar cerca de ellos ya que podía haber sido contagiada. Recorrió el siguiente día buscando un test de coronavirus, pasando 48 horas llenas de incertidumbre.
Afortunadamente su examen salió negativo, pero en caso contrario le habría costado la vida. Heather sufre de cáncer cerebral y ha estado sometida a tratamientos muy fuertes que le han bajado las defensas, al punto que un pequeño resfrío podría ser mortal. Angustiada por la situación, subió el video de Debra Hunter en la tienda que grabó con su celular a redes sociales para que el mundo supiera del peligro que corren todos al tenerla libre.
Las imágenes dieron vuelta el mundo y en todos lados, el rostro de Hunter comenzaba a ser conocido. La mujer fue llevada a la justicia, en un tribunal donde el juez se sorprendió de lo hipócrita que resultó su testimonio de defensa.
Hunter leyó una carta escrita por ella misma donde declaró sentirse atacada y humillada. Afirmó que tras la publicación de aquel video su reputación cayó al piso y que ya no podía salir a la calle sin ser juzgada. Además contó que sus hijos en la escuela sufren del abandono social y sus amigos ya no los llaman más.
Una vez que el juez escuchó el testimonio de Hunter, quedó atónito. Sabiendo lo duro que tuvo que ser para Heather Sprague pasar un fin de semana como paciente de cáncer con posible contagio de COVID-19, lo mínimo que esperaba era una disculpa hacia esta mujer, pero solo vio a una victimaria haciéndose la víctima.
Luego de su oportunidad de defensa, el juez le informó que por su violento acto criminal, entendiendo que su víctima era una mujer con cáncer terminal, deberá pasar los siguientes 30 días en la cárcel del condado, cumplir 6 meses de libertad condicional y pagar 500 dólares de multa.