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Los médicos dijeron que dejara de “torturar” a su hija moribunda y acabaron sorprendidos

El 31 de diciembre del 2013, en Dnipro, Ucrania, Ruslan y Anastasia Odonec se encontraban celebrando una gran fiesta para recibir el Año Nuevo junto a sus hijos, amigos y sus padres. La casa que nueva tenia habitaciones para todos. Incluso, en la casa había un gimnasio en la parte baja, junto a una piscina.

Mientras Anastasia y Ruslan estaban en la cocina preparando la comida, su hijo Radomir, de cinco años, y Alesya, de tres años, estaban jugando junto a su primo mayor. Los padres notaron que los niños estaban muy tranquilos, no escuchaban la risa contagiosa se Alesya, la cual se podía escuchar en toda la casa. Todo estaba en silencio.

Ruslan empezó a mirar en todas las habitaciones de la casa. Al final, bajo al sótano, donde descubrió algo horrible, su hija estaba sin vida en el fondo de la piscina. Él salto a la piscina, recogió su cuerpo y la dejo en el suelo. Alesya no respiraba. Anastasia bajo al sótano y cuando vio a su hija en ese estado, grito para después desmayarse.

Los abuelos llamaron a una ambulancia mientras que Ruslan intentaba revivir a Alesya. El nunca había practicado primeros auxilios, pero él estaba copiando lo que veía en las películas. Él solo pensaba en salvar  a su pequeña.

Al cabo de diez minutos los paramédicos llegaron. El médico de urgencia empujó a Ruslan a un lado y se inclino sobre la niña. Pero después de unos minutos, la declaró muerta. Ruslan cayó de rodillas y les rogó que hicieran algo, pero ellos solo llamaron a la policía para informar lo sucedido.

Ruslan no lo podía aceptar, su pequeño ángel no podía estar muerta. Se arrodilló a su lado y siguió intentado reanimarlo. El paramédico le pidió que dejara de torturar el cuerpo, pero él continuó. Entonces, de repente, Sintió una débil palpitación.

El equipo médico no lo podía creer. Alesya fue llevada al hospital ya que había entrado en coma.

Alesya se terminó estabilizando; y cuando lo hizo la trasladaron a una clínica especial en Moscú, donde recibió un tratamiento moderno.

Al final, Alesya demostró lo fuerte que era cuando se recuperó completamente.