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Esta es la razón por la que se le considera a Irena Sendler el ángel de Varsovia

Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis crearon en Varsovia el gueto de judíos más grande de toda Europa, el cual llegó a albergar a 400.000 familias. Durante ese tiempo, Irena Sendler, entró a niños en maletas, sacos y ataúdes.

Irena, era una polaca católica que trabajaba como enfermera y asistente social. A pesar de que era muy creyente, existía algo más potente que su fe, su odio hacia los nazis.

Frente a las enfermedades, hambruna y hacinamiento que vivían los judíos que estaban recluidos en el gueto, Irena tenía una misión muy clara. Ella se unió a Zegota, una organización clandestina que se dedicaba a salvar a los niños judíos.

Para poder lograr su cometido, Irena idea a formas creativas para poder sacar a los pequeños de los campos de concentración. Al principio, ella fingía que los pequeños estaban muy enfermos y que debían de ser llevados a los hospitales que estaban fuera del gueto.

Después, cuando la seguridad aumento, ella los escondía en maletas, bolsas de basura e incluso en ataúdes. Sin embargo, todo se derrumbó cuando los nazis descubrieron lo que ella estaba haciendo, ante esto, fue arrestada y llevada a prisión, donde la torturó la Gestapo y le rompieron ambos brazos.

No obstante, Irena nunca cedió, ella se rehusó a revelar la ubicación de la lista en la que se encontraban los nombres de los 2.500 niños que ayudó a escapar.

Fue sentenciada a muerte, pero el destino le volvió a dar la mano. Una de sus antiguas asistente soborno a uno de los soldados, quien la ayudó a escapar y le entregó una identidad falsa.

Cuando la guerra finalizó, ella le entregó la lista a una organización que ayuda a las familias judías a reencontrarse.

En el 1997 la nominaron al premio Nobel de la Paz.