En un solo día podemos sentir numerosas emociones, casa una acorde a lo que estamos viviendo en el momento. Podemos sentir alegría, desolación, enojo, ansiedad, entre otros. Aunque, cuando sentimos enojo, generalmente después nos sentimos culpables. No obstante, no tienes por qué sentirte culpable, a continuación te diré el porqué.
- Excelente para la salud cerebral
Según el doctor Eduardo Calixto González, sentirse enojado hace que se libere la noradrelina, una hormona responsable de aumentar la presión arterial y el ritmo cardíaco; además de la dopamina y el glutamato. Simultáneamente, estas se encargan de disminuir los niveles de serotonina y vasopresina. En pocas palabras, cuando te enojas, la parte lógica de tu cerebro se desactiva y la actividad respiratoria y cardíaca aumenta.
- Intensifica nuestra capacidad de atención
Como se activa la actividad cardiovascular y respiratoria, apagándose la parte lógica, el individuo se siente preparado para huir, lo que acentúa se capacidad de atención memorística. Según Calixto, esto hace que las personas se fijen en detalles que no le prestarían atención de otro modo.
- Nos hace más competitivos
Calixto González también apunta que el enojo, o la sensación de disgusto, suceden en el sistema nervioso central y esa es la manera que este tiene de manifestarse, estar en contra o simplemente mostrar algún tipo de molestia y obtener un beneficio. Pero cuando sabemos llevar el enojo de la manera adecuada, nuestra capacidad de ser competitivos se incrementa y resulta bastante benéfico.
- ¿Cuál es la manera adecuada?
El doctor afirma que enojarse es benéfico si uno lo hace por 30 o 40 minutos. Cualquier enojo que dure más tiempo que este puede ser nocivo. Hay personas que pueden enojarse por hasta cuatro horas, lo que ya se considera un enojo patológico. Y existe una explicación: después del plazo de 30 a 40 minutos diarios, empieza la segunda etapa del enojo.
- La segunda etapa del enojo
La segunda etapa del enojo consiste en el aumento de los niveles séricos de cortisol, una hormona directamente relacionada al estrés, y también se da un cambio de glucosa a nivel plasmático. ¡Puede ser peor! Cuando sobrepasamos ese tiempo permitido, el cortisol busca adaptarnos bajo ciertas condiciones y el enojo se vuelve una respuesta funcional del sistema nervioso central.