Dayna Mager conoció a su esposo en la secundaria. Ellos se hicieron novios en el instituto de Ann Arbor; Michigan, EEUU. En octubre de 2015 ellos le dieron la bienvenida al mundo a su primera hija; Luella. Unas semanas después del nacimiento; Dayna publicó una foto de ella durmiendo con Luella en la cuna; sin embargo, ella no esperaba que esta fotografía se hiciera viral.
La foto de encontraba acompañado de un mensaje muy importante. Ella explica que existe una razón para ella acostarse en la cuna con su hija; y es porque ella recordó una promesa que le hizo.
Ella se subió a la cuna de su bebé con la esperanza de calmar sus lloros por su dentición. Fue en ese momento en el que su esposo llegó a la casa y al ver a sus dos amores juntas; decidió tirarles una foto; la cual fue la foto que ella terminó publicando. Ella explica que se sentía cansada por estar atendiendo a su hija; pero entonces fue en ese momento que recordó la promesa que le hizo a su bebé.
Una de las primeras veces que ella y su esposo Matt dejaron de estar al lado de Luella fue para asistir a una conferencia. En esa conferencia; el misionero compartió una historia que la conmovió. Ese fue un momento que siempre se quedará grabado en su corazón.
El misionero había estado en un orfanato en Uganda; y a pesar de que había estado en muchos orfanatos antes; este lo marcó. Él entró a una sala que tenía más de 100 cunas, todas ocupadas. Cuando él entró a la habitación se quedó totalmente sorprendido; ya que no se escuchaba nada; el lugar se encontraba en total silencio. Y puede que esto no les parezca raro; pero si lo piensan bien si lo es. Era una habitación con más de 100 bebés recién nacidos.
Ante este silencio, el misionero se dirigió hacia su anfitriona y le preguntó por qué todo estaba en silencio. Lo que ella le respondió al misionero es lo que le marcó la vida a Dayna. Ella le respondió que después de durar una semana en el orfanato; llorando a todas horas, con el tiempo ellos se detienen porque entienden que nadie va a venir por ellos.
Al volver a casa, Dayna le prometió a Luella que ella siempre estaría con ella.
Fue por esto que cuando a las dos de la mañana Luella estaba llorando, Dayna fue inmediatamente a su habitación. Esa era su primera herida, su primera angustia; por tanto era necesario que ellos estuvieran apoyándola.
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