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¿Has escuchado de las duchas vaginales? Descubre en que consisten y cuáles son sus beneficios

Cuando hablamos de duchas vaginales hacemos referencia al lavado o limpieza de la vagina con agua u otros líquidos preparados en farmacias. Generalmente, estos productos pueden contener compuestos como el vinagre, el bicarbonato de sodio o el yodo.

En Estados Unidos, se estima que 1 de 4 mujeres en edad fértil; entre los 15 y 45 años de edad, realizan estos lavados de manera regular.

¿En qué consisten?

Como parte de la higiene intima, muchas mujeres realizan duchas vaginales; principalmente cuando notan alteraciones en su flujo. Este procedimiento consiste en aplicar preparados farmacéuticos que contienen antisépticos; perfumes o sustancias como el bicarbonato o el vinagre.

Beneficios de las duchas vaginales

No existen evidencias científicas que respalden el uso de duchas vaginales como medidas de protección ante enfermedades. Por el contrario, los médicos y los ginecólogos desaconsejan su uso; ya que estas duchas alteran el pH vaginal y pueden producir un mayor riesgo de infección en la zona.

A menudo, estos tratamientos se hacen con el fin de eliminar olores desagradables que provienen de la vagina o para limpiar los residuos que quedan tras el periodo menstrual.

Riesgos de las duchas vaginales

La zona vulvar se encuentra colonizada por diferentes bacterias que luchan por mantener a la raya a los microorganismos patógenos. Además, estas producen un ambiente ácido que propician la protección vaginal frente a infecciones.

Al lavar esta parte del cuerpo de manera excesiva y con productos irritantes, el equilibrio bacteriano y el ambiente ácido se ven alterados, lo que propicia el crecimiento excesivo de agentes infecciosos como son los hongos y las bacterias.

En otras palabras, las duchas vaginales pueden conducir a un sobre crecimiento de microorganismos peligrosos, los cuales causan enfermedades como la candidiasis vaginal o vaginosis bacteriana.