El problema de las dietas es que las personas se cansan, las abandonan. Para que tengan éxito, hay que adaptarlas a los gustos y ritmos de cada uno.
Cuántas veces hemos abandonado una dieta. Por aburrimiento, por ser demasiado estricta, porque no se ajustaba a nuestras necesidades o ritmos de vida… Los motivos pueden ser infinitos. Y es que no cabe duda de que en España (y en el mundo) el gran problema que tienen las dietas -sean cuales sean- es que se abandonan antes de tiempo, que la gente no es capaz de continuar hasta el final.
Hay estudios que dicen que las dietas se dejan hasta en un 70-90% de los casos. O como vimos en este artículo, que fracasan el 95% de las personas con obesidad o con un sobrepeso importante que se someten a dietas. Y es que el problema de las dietas está precisamente en la palabra "dieta" que tiene connotaciones no demasiado positivas.
"El concepto se ha afeado. Y realmente dieta significa el patrón dietético que sigue una persona, los hábitos alimentarios del día a día de alguien, pero en la actualidad entendemos dieta como un plan que tenemos que seguir durante un tiempo sacrificándonos por la comida para conseguir un objetivo -normalmente el de perder peso- y que tiene una fecha de caducidad", explica a EL ESPAÑOL Andrea Calderón dietista y nutricionista, secretaria científica de la Sociedad Española de Ciencias de la Alimentación (SEDCA) y profesora de la Universidad Europea de Madrid.
Además -añade esta profesional- "normalmente esa dieta o régimen no se adapta a mis gustos ni a mis ritmos de vida, lo que hace precisamente que no pueda seguirla. Por ello lo realmente importante es adaptar la dieta a cada persona. Hay miles de combinaciones de dietas ideales para conseguir nuestro objetivo que pueden ser igual de nutritivas, saludables y equilibradas. Pero al final lo importante es que cada uno se quede con la que más cómoda le resulta para su día a día".
Así, como afirmaba también Elena de la Fuente, nutricionista del Hospital Quirónsalud San José deMadrid, el problema de las dietas cuando no son personalizadas o son muy restrictivas es que funcionan sólo por un corto periodo de tiempo. Fracasan porque no se adaptan a la persona.
Cinco factores claves
Hay cinco factores fundamentales que se relacionan directamente con la adherencia o cumplimiento de las dietas. Según expone Calderón, el primero de ellos tiene que ver con las expectativas -iniciales- que tiene una persona. Es clave que éstas no sean demasiado altas ni demasiado difíciles de alcanzar. Deben ser realistas y que se pueden ir consiguiendo poco a poco.
El segundo punto y muy relacionado con el anterior, tiene que ver con la autoeficacia, es decir, "una persona tiene que ver lo que es capaz de hacer y que si se pone expectativas y objetivos demasiado altos, puede perder la percepción de tener la capacidad de conseguirlo", explica Calderón.
El tercer punto es la participación activa de la persona a la hora de diseñar su dieta. Según explica esta profesional, antes no se tenía en cuenta este aspecto, pero ahora sí, y cada vez más. "Es fundamental que la persona cuente qué quiere, qué está dispuesto a hacer y qué no, cuáles son sus gustos, en qué momento del día cree que tiene más hambre, cuáles son sus caprichos", etc.
En cuarto lugar es importante tener en cuenta los conocimientos del paciente. Esto es, "no hay una dieta con éxito si el paciente no está informado: qué pasa si como mal o si como bien. Las consecuencias a nivel salud y físicas de lo que estoy haciendo".
Y por último, la motivación de la persona. "Es fundamental que la persona esté motivada para que haya adherencia a la dieta", concluye Calderón.