Si la hipertensión no es tratada adecuadamente, un 50% de los pacientes puede fallecer por cardiopatía coronaria; un 33% de apoplejía y entre un 10 y 15% de insuficiencia renal. La hipertensión es una enfermedad que aumenta su prevalencia cada año y, al parecer, tiene una relación con los somníferos.
Existe una relación entre la hipertensión y los problemas de sueño. Esto se debe a que cada vez más hipertensos presentan dificultades para dormir. Gracias a esto recurren a pastillas para poder dormir.
Efectos de los somníferos
Actualmente, las pastillas para dormir son uno de los medicamentos más utilizados en la actualidad. Debido a esto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido a la población mundial sobre los efectos adversos que pueden tener este tipo de medicamentos, especialmente cuando se emplean de forma continua.
Según la OMS, las personas que toman pastillas para dormir, especialmente si se trata de benzodiacepinas, poseen un mayor riesgo de presentar muerte prematura. Los llegan a tomar hasta 18 dosis al año, incrementan el riesgo de muerte temprana en 3,5 veces. Si se aumenta la dosis, también aumenta el riesgo.
La OMS también señala que el uso de somníferos incide en el aumento de la presión arterial. Por este motivo, aconseja que quienes tomen este tipo de medicamentos se hagan un chequeo regular con el médico para vigilar sus niveles de tensión arterial.
Los problemas para dormir son indicio de hipertensión
Según un estudio realizado en China, normalmente, los problemas para dormir son un indicio de hipertensión. En particular, el insomnio suele encontrarse asociado con los altos niveles de tensión arterial.
El sueño y la hipertensión
El instituto de Investigaciones Fundamentales del Cerebro en Cuba realizó una investigación sobre los problemas de sueño en las personas que padecen de hipertensión. La cual se llevó a cabo sobre la base de un grupo de 206 pacientes hipertensos.
Los resultados establecieron que el 81,07 % de los pacientes hipertensos tenían problemas para dormir. Solamente un 18,9 % dormían sin dificultad. El insomnio y el ronquido fueron las principales dificultades reportadas, ambas con un 57,7 % de prevalencia.