¿A quién no le ha pasado que después de un largo día de trabajo, a modo de recompensa, por el esfuerzo y/o la carga de estrés diario, pide cenas a domicilio o coge lo primero que hay en la nevera? Además, las cenas de los fines de semana son un momento clave, porque… ¿quién se va a meter en la cocina a preparar algo en su día libre? En resumidas cuentas, creemos que es más fácil caer en la tentación y realizar una cena copiosa y poco equilibrada, que ponerse a elaborar una cena”, nosotros te lo contamos.
“En la cena recomiendo tomar vegetales y proteínas de calidad. Evitar ultraprocesados, harinas refinadas, azúcares, grasas animales y alimentos muy ricos en almidones. Se puede consumir una pequeña ración de hidrato de carbono, pero siempre de lenta absorción (como la quinoa)”, nos cuenta Elisa Blázquez, que nos resume cuáles serían los alimentos que, en su opinión, no deberían faltar en una cena sana y equilibrada.
A continuación dejamos unas cuantas opciones:
- Pescado: es un alimento ideal para la noche por su fácil digestión. Recomiendo prepararlo al horno o al papillote. En verano también lo podemos incorporar en forma de ceviche. El salmón contiene vitamina B6 y omega 3, dos nutrientes que nos ayudan a descansar.
- Huevo: completo, rico en proteínas y vitaminas. Además, es muy socorrido por su sencilla preparación. Lo ideal es consumirlo en tortilla, revuelto, poché o cocido. Evita el huevo crudo y frito.
- Verduras al vapor: si las mantenemos un poquito al dente, mantendrán sus propiedades y su digestión será sencilla. Las hortalizas cómo la calabaza, calabacín, berenjena, zanahoria o alcachofa son buenas alternativas para la cena. Aportan potasio, magnesio y fibra, son ligeras pero saciantes.
- Cremas de verduras: un clásico en la noche, reconforta y satisface.
- Quinoa: Es rica en proteínas e hidratos de carbono de lenta absorción. Además, contiene magnesio y vitaminas B, ideales para un buen descanso.