Una alimentación sana debe estar basada en alimentos naturales, cuanto menos procesados mejor, ya que en los alimentos ultra-procesados se alteran las propiedades saludables de los alimentos empeorando su calidad y llegando a ser muchas veces nocivos para la salud.
1.-MUCHA FRUTA Y VERDURA
Comer más frutas y verduras puede ayudar a reducir significativamente el riego de una serie de enfermedades crónicas:
Presión arterial alta, diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y obesidad. La fibra que aporta consumir piezas de fruta enteras ayuda a mantener sana la flora intestinal, lo que puede reducir el riesgo de enfermedades auto-inmunes e incluso mejorar el estado de ánimo.
2.-GRANO ENTERO
Los granos enteros son los menos procesados. Cuanto más se parezcan a su estado recién cosechado mejor: quinoa, arroz silvestre o integral, avena… También se puede considerar como grano entero la pasta de trigo integral y el pan de grano integral.
3.-MUCHO CUIDADO CON LOS ALIMENTOS PROCESADOS
Los alimentos procesados industrialmente se procesan más allá del punto de reconocimiento y se les añade gran cantidad de azúcares y granos refinados, aceites parcialmente hidrogenados e ingredientes largos e irreconocibles.
Hay alimentos procesados limpios como el yogur, queso, pasta de trigo integral que son sanos y no se consideran ultraprocesados.
4.-LÍMITE DE AZÚCAR
Hay que controlar no sólo el azúcar que nos ponemos en el café o té sino los azúcares añadidos a los alimentos que compramos en la tienda como refrescos, dulces o productos horneados, salsas, cereales.
Hay que buscar alimentos sin azúcares añadidos o que el azúcar aparezca al final de la lista de los ingredientes, lo que quiere decir que hay poca cantidad.
No hay que preocuparse por los azúcares naturalmente presentes en la fruta y los lácteos, ya que van acompañados de fibras, proteínas y/o grasas que ayudan a mitigar el efecto del azúcar sobre los niveles de insulina.
5.-VIGILAR LA SAL
Consumimos mucha más sal de la que necesitamos, aproximadamente 1 cucharadita de sal al día. El 80% del sodio en nuestras dietas proviene de alimentos preparados. Reducir el consumo de alimentos procesados ayudará a reducir el consumo de sal.