La cafeína es el compuesto principal del café, este en pocas dosis suele proporcionar beneficios para la salud, sin embargo, cuando se toma en exceso, puede provocar insomnio, nerviosismo y logra afectar las funciones cognitivas.
Muchos de nosotros tenemos la costumbre de tomarnos una taza de café todas las mañanas, por eso debemos aprender a controlar la cantidad que ingerimos.
A nivel cerebral, el café o la cafeína que contiene el café, aumenta nuestro estado de atención, sin embargo, no se limita solo a eso, sino que va mucho más allá.
La cafeína es el ingrediente activo del café, y tiene propiedades psicoactivas. Esta es una sustancia que pertenece a los alcaloides, al igual que la morfina, nicotina y la cocaína.
Es por esto que la cafeína tiene efectos súper potentes en el cerebro y es por esto que es una sustancia que crea una dependencia.
Los efectos de cafeína en el cerebro:
El organismo desde que se activa por la mañana produce una sustancia llamada adenosina, es la responsable de la sensación de cansancio y la que causa que en la noche sintamos sueño; la ingesta de café sobretodo en la tarde o noche puede llegar a alterar este proceso que se da de manera natural.
Es por ello que es muy sabido que la cafeína bloquea la acción de la adenosina, también esta interacción de sustancias activa a la pituitaria y hace que libere hormonas que estimulan las glándulas suprarrenales para que se produzca adrenalina.
Otro de los efectos de mayores consecuencias radica en el efecto que causa la cafeína sobre la dopamina, un neurotransmisor que interviene en el estado de fatiga y cansancio; la cafeína impide que se reabsorba la dopamina.
Ahora bien también se comprobó que la cafeína aumenta la capacidad de concentración, sobretodo cuando estamos muy cansados. Cuando se consume en exceso reduce el rendimiento en todos los sentidos y produce un marcado estado de nerviosismo.